Viento, mar, trajes neoprene, la adrenalina de romper olas: el surf es más que verano, es un deporte que se convirtió en una filosofía de vida, en una perspectiva, una manera de mirar las cosas. La práctica gana popularidad en el país y, tanto en la zona costera como en Buenos Aires, cada vez son más los que eligen abandonar la ciudad en busca de las mejores playas para practicar surf.