Desde el año 2011 se realiza en todo el mundo la campaña de concientización “Julio sin plástico”, la cual fue creada en Australia para reducir el consumo de plástico de un solo uso. El 62 por ciento de la producción de plásticos se destina a productos de packaging y de un solo uso.
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires también se sumó a esta campaña de reciclaje, y le brinda a los vecinos opciones de separación de los materiales reciclables en los contenedores verdes, en los Puntos Verdes y también en mano a los recuperadores ambientales.
Además, hay programas especiales para algunos materiales como las cápsulas de café y las bolsas de comida para animales, con el objetivo de reducir el impacto del consumo.
Los vecinos pueden entregar las cápsulas plásticas, cápsulas de aluminio y bolsas de alimento para mascotas de todas las marcas del mercado. El 100 por ciento de los materiales recolectados se destinarán al reciclaje con su correspondiente reinserción en la cadena de valor. Por lo cual, al terminar una cápsula se debe limpiar, secar y llevar al Punto verde más cercano, estas se reciclan y son utilizadas para fabricar distintos elementos como cestos de recolección y juegos de plaza de madera plástica.
Las cápsulas de aluminio se convertirán en cuadernos, lapiceras, cuencos, porta vasos, entre otros objetos del mismo material. En ambos casos el café del interior de las cápsulas servirá para la producción de compost.
En el caso de las bolsas de alimentos para mascotas, al igual que todos los elementos reciclables, se deben disponer limpios y secos en los Puntos Verdes, los distintos elementos se utilizarán para la elaboración de rascadores y comederos de madera plástica para mascotas, entre otros objetos.
El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana realiza estas acciones dentro del plan BA Recicla, que tiene como objetivo que todos los vecinos separen sus residuos en casa y busca concientizar sobre la importancia de sumar nuevos hábitos sustentables. Es en ese marco que estos materiales de difícil tratamiento pueden ser incorporados al sistema de reciclaje para convertirlos en recursos.
Respecto al impacto ambiental negativo de los plásticos, se estudió que una persona promedio podría estar ingiriendo 5 gramos por semana de estos plásticos de mínimo tamaño, es decir, el equivalente al peso de una tarjeta de crédito. Los microplásticos son imperceptibles al ojo humano, y se podrían consumir a través de peces, crustáceos, y el agua potable, especialmente la embotellada.
Así, bajo el plan BA Recicla, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana sigue avanzando en medidas para que la Ciudad de Buenos Aires se convierta en lugar más sustentable.
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