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Energía nuclear en Argentina

Central Nuclear Embalse, la planta de energía que desde hace 40 años abastece a la Argentina

La Central Nuclear Embalse, situada en la provincia Córdoba desde 1983, es parte de Nucleoeléctrica Argentina S. A., la empresa pública que administra a las centrales que producen energía de origen nuclear en nuestro país. El desarrollo científico, la inversión estatal y el avance tecnológico permitieron que Argentina se instale como modelo de la industria en América Latina.

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El nacer de la mañana cordobesa, a orillas del embalse y sobre la ruta provincial E61, se da manso. Es agosto, el día después de las PASO, y la noche desaparece al calor de las primeras luces del sol. Lo que se destaca entre el monte y las sierras, una estructura de cemento con luces rojas alrededor, es la Central Nuclear Embalse, la segunda de estas características construida en Argentina. La energía que se produce en el lugar llega a más de 1.3 millones de personas.

Atucha I y Atucha II, emplazadas en Zárate, y la CNE son centrales nucleares con tecnología modelo en América Latina. En Embalse la construcción arrancó en 1974, bajo el gobierno de María Estela Martinez de Perón, la central se incorporó al Sistema Interconectado Nacional diez años después. Además de la energía, en Embalse se produce Cobalto 60 con el objetivo de abastecer el mercado nacional en aplicaciones industriales y medicinales, el resto se utiliza para exportar.

De los 1000 empleados que trabajan en la Central Nuclear Embalse, un grupo reducido lo hace de forma rotativa para así cubrir fines de semana, feriados o fiestas, formando un circuito non-stop, que tiene el valor agregado del trabajo humano en medio de la era de la inteligencia artificial. El 31 de diciembre de 2015 finalizó el primer ciclo útil de la Central y durante cuatros años se llevó a cabo el proceso de extensión de vida, que le permite operar por otros 30 años.

La Central Nuclear Embalse tiene una potencia de 656 MWe y está ubicada en la está situada en la costa sur del embalse del Río Tercero. Foto: Fabián Uset. 

Juan Cantarelli es Ingeniero y Gerente de la Central Nuclear Embalse, donde empezó a trabajar en 1999. Habla con Gente desde la terraza de la sala de turbinas, que da a la cúpula del reactor, que está protegido por paredes de hormigón de hasta 1,1 metros de ancho. Más allá, el Embalse se funde con la base del Cerro Champaquí, el más alto de Córdoba. 

“Ese reactor genera agua a alta temperatura. Después transmite el calor a otra agua que se evapora y es ese vapor el que hace funcionar la turbina que genera energía. Lo que hace es entregar energía eléctrica desde un punto central, al Sistema Argentino de Interconexión, que es la red nacional donde se agrupa la energía que luego toman los consumidores de todo el país”, explica.

En Argentina, el desarrollo científico y tecnológico tanto en el ámbito educativo como industrial es imprescindible para mantener a la energía nuclear del país entre el top de la región. La nula emisión de gases de efecto invernaderos la convierten en una fuente de energía de aspecto positivo en un contexto donde el cambio climático y la contaminación abarcan el eje central de la discusión.

Juan Cantarelli, Gerente de la Central Nuclear Embalse. Foto: Fabián Uset. 

“El aporte que hacemos junto con otras fuentes de energía contribuye a mitigar ese problema de una manera sustancial y lograr que nuestro país tenga plantas seguras, confiables y a precio accesible. Nosotros no la vemos solamente como una central que genera energía. Esta instalación también promueve desarrollo y promueve bienestar, tenemos áreas de la empresa que están destinadas a expandirse inclusive a las comunidades vecinas a través de Responsabilidad Social Empresarial y la promoción continua del desarrollo de la industria nacional, que se sostienen gracias a servicios repuestos que se adquieren de manera local y promueven de manera directa al desarrollo”.

En la Central también se produce Cobalto 60 para exportar y con el objetivo de  abastecer el mercado interno en aplicaciones medicinales e industriales. Foto: Fabián Uset. 

Central Nuclear Embalse. Foto: Fabián Uset. 

Para que la central funcione de manera correcta es fundamental – mucho más que en otras industrias – la coordinación entre áreas. Adriana Dumont, Ingeniera química, es la encargada del laboratorio, el espacio donde se produce el agua desmineralizada con la que se trabaja en la sala de turbinas. 

Gestión ambiental y Reserva Causachi

Hay burros, ovejas, cabras, llamas, gallinas, caballos y conejos en la Reserva Causachi, en el predio verde de seis hectáreas lindero a la Central Nuclear Embalse. El espacio fue creado en línea con la política de sostenibilidad que distingue a la energía nuclear en el mundo y bajo la premisa de resguardar a la fauna autóctona. 

Según el testimonio de Alejandro Corchero, Jefe de Gestión Ambiental en la Central, las industrias generadoras de energía deben trabajar en sintonía con la sustentabilidad y de forma segura y amena con el medio ambiente: “Todas las actividades que realizamos dentro de la instalación no deben impactar de forma negativa. Nosotros principalmente trabajamos en base a la legislación provincial, municipal, nacional e internacional. Todo esto dentro de lo que son las normativas ISO14000 que hablan de la gestión de la industria en el ambiente donde está este tipo de instalaciones. El compromiso es con la sociedad y que nuestra tarea no impacte de forma negativa, sino que reduzca la huella de carbono y no contaminemos el aire con dióxido de carbono”.

Mediodías con amor

El comedor concentra olor a milanesas en este mediodía de agosto: es una central nuclear, pero el aroma se equipara con el que puede haber en la casa de una abuela. Es el lugar por el que pasan todos los empleados de la planta durante el horario de almuerzo.

Entre los sectores destacados de la Central se encuentran la sala de turbinas, el reactor y la sala de control. En este triunvirato, la sala de control es el sitio desde donde se vigila al reactor. Dentro de la Central hay una sala de control y un simulador que se utiliza para entrenamiento, al que accedió Gente y donde se dictan capacitaciones.

Ingresar a una sala de control en una central nuclear cumple con las expectativas marcadas en el imaginario social. El olor acá es neutro, limpio. Los tableros son de color gris y de color celeste. Solamente hay computadoras y hay silencio. Desde una sala igual a esta se controla todo lo relacionado al reactor, la pieza principal en la producción de energía nuclear. 

Daniel Xiccato tiene 46 años y hace 20 que forma parte en la Central Nuclear Embalse como Jefe de Turno en la Sala de Control. Su principal función en el área es monitorear los parámetros del reactor, seguir el ritmo, controlar que nada se desvíe del valor normal. Si algún valor sale del parámetro estipulado, Daniel y su equipo despliegan un plan para volverlo al estado ideal

“Lo que más me gusta de ser parte de la Central Nuclear Embalse es que estás todo el tiempo aprendiendo, por más de que las cosas no cambien significativamente en cuanto a diseño, podés pasar 30 años acá adentro y seguís aprendiendo”, añade con orgullo Lucas de Paul, Jefe en el Departamento de Mantenimiento Instrumentación y Control, con referencia a su rol en NA-SA.

Cupo de género

qué pasa en el ámbito de la energía nuclear

De los siete entrevistados por Gente durante la visita a la Central Nuclear Embalse, tres son mujeres que lideran áreas estratégicas de la planta. Adriana Dumont, Jefa de Laboratorio Químico. Raquel Quinteros, Jefa de la división de protección contra incendios y Laura Cazal, Jefa del Departamento Inspecciones, coinciden en que cada vez es mayor el cupo femenino que ocupa cargos decisivos en la industria.

“Yo soy ingeniera química y vengo del sector de la industria alimenticia. No tenía pensado terminar trabajando en algo relacionado con la energía nuclear. En esta área particular había un gran porcentaje de varones cuando entré y ahora hay un ingreso importante de mujeres”, sostiene Quinteros. 

Laura Cazal dirige al equipo de 49 especialistas que inspeccionan todas las plantas nucleares que NA-SA tiene en el país. Sobre el cupo femenino en la industria expresa: “Creció en los últimos años el número de mujeres que se incorporaron. En Argentina fui la primera con una calificación en corrientes inducidas, de ahí dije no puedo ser la única. En el departamento que me desempeño soy la cabeza del departamento y desde ahí se trabajó en sumar más chicas al área técnica. Tratamos de fomentar que en las escuelas, para las chicas sean una elección las carreras relacionadas con áreas técnicas”.

Bajo la órbita de generar energía limpia y segura para el desarrollo del país, a la extensión de vida de la Central Nuclear Embalse, finalizada hace unos años, se le suman otros proyectos de Nucleoeléctrica con vista en el futuro de la empresa

Diseño Multimedia: M.V. Pirraglia
Filmmaker: Candela Petech       
Fotos: Fabián Uset

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