Los chicos no solo son el futuro del país, sino también del mundo. Por eso, cuando ya sean jóvenes adultos, tendrán grandes desafíos ambientales para proteger el planeta. Entonces, pensando en esto, la Ciudad de Buenos Aires trajo un programa educativo para que cada uno pueda incorporar herramientas esenciales para afrontar los grandes cambios.
Los hábitos sustentables cotidianos generan una nueva conciencia ambiental en temas fundamentales como el uso racional del agua y la energía, la separación de residuos, el consumo responsable, la alimentación saludable y la tenencia de mascotas.
Por lo cual, se enumera una guía para enseñar y actuar con el ejemplo en 10 pequeños hábitos, lo cuales producirán grandes cambios en la huella ecológica del hogar.
1- Cuidar los recursos naturales: apagar las luces de las habitaciones y cerrar la canilla mientras se lavan las manos.
2- Separar los materiales reciclables: los niños pueden colaborar con la tarea de limpieza y secado, y luego ir con ellos a los lugares de disposición como los contenedores verdes o Puntos Verdes.
3- Comer alimentos de estación: ir juntos a la verdulería para elegir las verduras y cocinar un budín de zanahoria, son actividades divertidas para una alimentación saludable.
4- Sacar la basura: el horario de disposición de residuos es fundamental para lograr mayor limpieza, los más chicos pueden ayudar a recordar la hora que en la Ciudad de Buenos Aires es de 19 a 21, todos los días menos los sábados.
5- Consumir más sustentable: con hábitos como llevar sus tazas reutilizables y botellas térmicas para la escuela y el club.
6- Ser responsable de nuestros residuos: en la calle, parque o reserva natural nunca se deben tirar los desperdicios al piso, siempre guardarlos y dejarlos en cestos papeleros o en nuestra casa.
7- Explicar las 7 R: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar. Los chicos pueden hacer actividades lúdicas para comprender este paradigma de la economía circular, algunas pueden ser ayudar a llenar de plásticos una botella de amor, arreglar algún juguete, y también reutilizar un frasco como lapicero.
8- Entender los ciclos naturales: hacer una pequeña huerta en maceta genera un gran aprendizaje de cómo se producen los alimentos, la importancia del clima y del riego. También se puede complementar con un compost para depositar los residuos orgánicos.
9- Organizar paseos naturales: realizar “expediciones de investigación” en las plazas del barrio para reconocer árboles, pájaros, mariposas y plantas, además de ser divertido impacta positivamente en los niños entender la presencia de otras especies vivas en su entorno.
10- Ser responsables con nuestras mascotas: desde la elección de la mascota hasta su cuidado son instancias de mucho aprendizaje, como adultos debemos explicar las especies que pueden vivir en hogares, cuáles son las condiciones, los hábitos como la alimentación y también cómo se debe levantar la caca en los espacios públicos.
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